miércoles, 16 de noviembre de 2011

Vuelvo a las andadas


Después de un mes largo ( y no sin tener algunos percances sin importancia) , vuelvo a las andadas. Este mes ha sido intenso, igual o más que el anterior. Una vez me dijeron que en la Erasmus las cosas se vivían de una manera diferente, y es verdad. Pasas la gran parte del tiempo en clase, con gente que ni si quiera se da cuenta de la realidad en la que vives, y que a veces ni te mira, y te sientes como un extraño en un mundo que es totalmente desconocido para ti. He de reconocer que posiblemente sea mi timidez la gran responsable de esta situación. Luego llegas a la residencia y todo cambia. Compartes tantos momentos con gente que está en la misma situación que tu, momentos en los que las sensaciones se miden con una intensidad diferente, mayor, y por un instante te sientes como en casa, en familia. Debe ser por eso que los momentos más dulces de mi Erasmus los he pasado aquí, en este edificio que, seguramente , no pase ni el más benévolo de los controles de sanidad y seguridad, pero que a su vez tiene su encanto.
Este mes ha sido un mes increíble , en el que ha habido viajes , como a Nancy o París, o sorpresas, como la visita de Tania y Mar, que por unos días han vivido la experiencia como la estoy viviendo yo. Tengo muchos proyectos para el mes que me queda antes de volver a casa por Navidad, como el turrón, pero no voy a adelantar nada por el momento.
Además ha llegado el frío, después de unas semanas con una temperatura más o menos agradable, así que a abrigarse, que empieza lo bueno.