miércoles, 28 de diciembre de 2011

Para que las cosas sean especiales solo hace falta creer que lo son.

" A veces para que las cosas sean especiales solo hace falta creer que lo son " Es una frase que me marcó desde que la escuché, y en momentos como este es la más idónea. Hace dos días me regalaron esto, y puede que para muchos sea solo un tarro con arena y conchas, pero para mi tiene un significado especial. Es arena de la playa de la Fabriquilla, en Almería, la playa de la que me enamoré nada más conocerla.
He de reconocer que la primera vez que fui allí no me llamó especialmente la atención, pero con el tiempo he aprendido a admirar esa naturalidad, esa sencillez que me embriaga, esa soledad y a la vez ese lado salvaje que la llena de vida y la hace especial.
No hay nada mejor en la vida que conocerse, y quien me ha regalado esto me conoce bien. Soy de las que piensa que las cosas tienen el valor que nosotros queramos darle, y que a veces lo más esencial se encuentra en lo más simple. Nos pasamos gran parte de nuestra vida buscando aquello que nos satisface, y nos olvidamos de los pequeños detalles, de los pequeños placeres que hacen que seamos felices aunque sea por un momento.

1 comentario:

  1. Ya lo digo muchas veces: la vida se compone de esos pequeños momentos que al recordarlos nos hacen reír, llorar, añorar... La felicidad se encuentra en las pequeñas cosas.

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